Mucha gente se ha percatado que hay diferencia entre cantar así.
Y cantar así.
¿Por qué los cantantes de ópera cantan así? En este vídeo identificaremos de manera elemental los porqués del canto lírico.
Adele y los micrófonos
Dos de abril de 2016. El Genting Arena de Birmingham está a rebosar. 15.685 butacas ocupadas para disfrutar de un concierto de gira de la cantante británica Adele.
Mientras Adele exhibía su poderoso, cautivador y emocionante timbre, se corta el sonido de golpe y pasa esto.
¡Qué increíble debe ser que toda una multitud coree tus canciones de esa manera!
Adele sigue cantando como si nada y el público la acompaña coreando el puente de la canción hasta que se recupera el sonido.
Imagínate que estás de público en el teatro de ópera y que tengas que corear el «O Zittre Nicht» de la Flauta Mágica.
No creo que pase nunca porque resulta difícil imaginar que haya un corte de sonido en los baffles o un problema con el micrófono en un teatro de ópera. Básicamente porque en la ópera no hay ni micrófonos ni amplificación eléctrica.
La propia acústica de la sala de teatro sirve para amplificar el sonido.
Los cantantes líricos para proyectar la voz necesitan dominarla técnicamente y así controlar la calidad, el color, la salud y la potencia de su voz para que toda la audiencia pueda escuchar hasta el último detalle de su canto.
La técnica vocal
Todo cantante que se precie tiene una técnica vocal básica que le sirve para no lastimarse el aparato fonador.
Antes hablábamos de Adele. En 2015 la intervinieron por un pólipo benigno en las cuerdas vocales. Puede ser que fuera mayormente a causa de la cantidad de cigarrillos que fumaba, pero se le notaba falta de técnica en muchos directos, dificultades para mantener las notas más potentes, por ejemplo.
Sea como fuera, después de la operación, tuvo que educar su musculatura de nuevo, tuvo que volver a aprender a controlar su aparato fonador.
Y ya veis los resultados. Si escucháis el álbum 25 verán un cambio drástico en el control vocal comparado con los anteriores.
Entre otras cosas, la técnica te enseña a entender y después domesticar la voz para proyectarla, mantenerla equilibrada y firme, sin forzar los músculos del cuello, la mandíbula, la lengua, etc.
Las cuerdas vocales son como unos pliegues con una mucosidad en su extremo, que son muy sensibles. Cuando se fuerzan, cuando en lugar de cantar se grita, las cuerdas se dañan.
Para proyectar la voz, el cantante debe saber colocarla en los resonadores: la maschera, la cabeza, el pecho, y en definitiva todo el cuerpo.
¿Cómo lo hacen? Controlando el aire, la respiración. Sosteniendo el sonido sobre el diafragma, regulando la presión subglótica y liberando el resto de los músculos para una mayor libertad del aire.
Hay muchas escuelas de canto que usan técnicas de control de aire variada, no meteré en esto ahora, porque nos da para otro vídeo…
Controlar esta técnica es básico para que cualquier vocalista que quiera cantar saludablemente.
El siguiente paso ya tiene que ver con los colores, la dicción y otro montón de elementos que condicionan al timbre de nuestra voz y lo embellece; lo adapta y prepara para el estilo que se esté interpretando.
Principales diferencias técnicas entre el pop y el canto lírico
Llegados a este punto. La pregunta es ¿cuáles son las principales diferencias técnicas entre el cantante de pop y el cantante lírico?
Vamos a poner como ejemplo a Adele y a la soprano Renata Tebaldi.
La proyección de la voz
Adele canta con un micrófono y todo un sistema de amplificación eléctrica que, independientemente de su técnica, asegura que todos la escuchemos al detalle.
Tebaldi, en cambio, tiene que enfrentarse sin micrófono a un teatro lleno de gente y a una orquesta entera tocando en el foso. Debe ser capaz de superar la barrera de sonido que generan para que todo el teatro escuche su canto.
Para lograrlo imposta la voz siguiendo la famosa máxima lírica: aperto ma coperto. Es decir, aumenta al máximo el espacio de la cavidad bocal para proyectar más el sonido y lo concentra o redondea cubriéndolo de cierta oscuridad.
Adele, en cambio, canta con su voz hablada, o con una impostación distinta más «natural». A cambio de una menor proyección mantiene cierta naturalidad en el sonido. Para las notas altas, recurre al belting en lugar de cubrir el sonido como lo hacen los cantantes líricos.
Este rasgo es el que nos genera esa sensación, incierta diría, de artificiosidad en el canto lírico.
Cuando le dices a alguien que imite a Pavarotti canta con la voz engolada. Pero no es eso lo que Pavarotti hacía.
Otra diferencia es el rango vocal.
El cantante lírico debe enfrentarse a piezas que requieren un rango vocal mayor. ¿Qué es el rango vocal? Pues son las notas que un cantante es capaz de cantar desde la más grave a la más aguda.
Cada tesitura prioriza una resonancia distinta para su rango vocal.
Mientras que las sopranos cantan mayormente con los resonadores faciales y de la cabeza; las mezzosopranos o las contraltos dirigen con mayor medida el aire al pecho, que es por así decirlo, la caja de resonancia para las notas graves. Lo mismo pasa con los tenores y los barítonos o los bajos.
Obvio que estoy explicando todo esto de manera muy general y hay muchos más detalles para tener en cuenta. Pues que las sopranos canten mayormente usando su cabeza como caja de resonancia, no quiere decir que no tengan que desarrollar sus resonadores bajos (el pecho y el resto del cuerpo) para cantar.
De hecho, en la medida que sean capaces de distribuir el sonido equilibradamente entre los diferentes resonadores, más bellas proyectará las notas altas, medias y bajas, dándole a su rango vocal una proyección uniforme y el mejor color posible.
Y por último tenemos los matices y el vibrato.
Montserrat Caballé es capaz de hacer esto.
Regula la intensidad de la nota manteniendo uniformemente el aire. Y a Adele le basta con separarse el micrófono de la boca y ya.
Los orígenes de la ópera
El canto lírico también se relaciona, obviamente, con los orígenes de la ópera.
En el Renacimiento, cuando Florencia tenía los principales bancos y el fucking money man, la cultura vivía uno de sus mejores momentos.
Un grupo de músicos, poetas, empresarios, se reunían en la llamada Camerata Fiorentina. Ahí comenzaron a pensar y a debatir sobre el teatro madrigal y quisieron recuperar las características de la tragedia griega, del teatro que se representaba en la época clásica con los griegos y después los romanos para enriquecer las representaciones teatrales.
Allí concluyeron que, en el teatro griego, actores y actrices usaban la voz diastémica para recitar los textos. Algo que permitía que todo el teatro escuche los declamados.
También sacaron a relucir la presencia del coro. Un grupo coral que iba narrando y valorando moralmente los acontecimientos representados.
El coro recitaba su texto monódicamente, todos con la misma nota, y utilizaban instrumentos para no irse de tono.
De los artistas de la Camerata Fiorentina nacieron las primeras obras más parecidas a la ópera. Teatro combinado con música, donde los actores cantaban con coros y acompañamiento musical.
Posteriormente Monteverdi fijó los fundamentos de la ópera tal y como la conocemos hoy en día. Entre todas las cosas que definió Monteverdi, consolidó el canto de las diferentes voces.
Después llegó el barroco y más tarde el rococó, la época dorada de los castrati; después el clasicismo con Mozart como mayor exponente; y a finales del XVIII, el romanticismo.
En estos últimos periodos predominó el estilo belcantista. Las óperas comenzaron a dar más relevancia a la melodía que a las armonías y el ritmo.
Los cantantes belcantistas tenían oportunidad de lucirse en arias y cabalettas llenas de trinos, agudos y notas ligadas. El bel canto requiere controlar perfectamente el aire y todo el aparato fonador.
Compositores como Cimarosa, Donizetti, Bellin o Rossini son los máximos exponentes del belcanto.
Todas las características del canto lírico se intensificaron hasta su máxima expresión durante el belcanto. Pero en 1831 se produjo un gran cambio en la manera de cantar. Concretamente en la voz del tenor.
Hasta 1831, los tenores no cantaban como estamos ahora acostumbrados a escucharlos ahora. En lugar utilizar la técnica de voz mixta, los tenores atacaban las notas sobreagudas en falsettone.
Pero un sábado 17 de diciembre de 1831, en la ciudad Italiana de Luca, el tenor Gilbert Duprez interpretaba la ópera Guillermo Tell de Rossini y cantó por primera vez en la historia lo popularmente conocido como do de pecho.
En lugar de usar el falsettone, Duprez cantó con la voz mixta el do sobreagudo, dejando a todo el público alucinado.
La potencia era increíble y la voz era mucho más viril encajando más con la interpretación del personaje
Duprez se convirtió en una superstar y su gesta vocal marcó un antes y un después en los roles de tenor, que pasaron a ganar relevancia incluso por encima de las sopranos; en las voces líricas, y en la manera de componer ópera.
Comenzaron a clasificarse los tipos de voces que más se adaptaban a los periodos de la ópera.
Voces de coloratura, ligeras, líricas, líricas ligeras, entre otras.
Con Verdi y Wagner terminó el belcanto y comenzaron a “gritarse los sentimientos”. El canto pasó a ser más expresivo más pasional.
Así empezaron a ganar relevancia las voces de spinto y dramáticas. Incluso se especificó un tipo de voz en los tenores, los heldentenor o tenores alemanes, que cuya tesitura es perfecta para las óperas de Wagner.
El verismo asentó esta clasificación de voces hasta el siglo XX, cuando cambió el paradigma de la ópera.
Conclusión
Los cantantes de ópera, los cantantes líricos, cantan así principalmente porque tienen que proyectar su voz e interpretar piezas que requieren de un control puntilloso del instrumento vocal.
La técnica es más refinada teniendo en consideración que, la equalización que hacen las cajas de mezcla en otros géneros, la tienen que hacer los cantantes con su propio cuerpo, equilibrando sus resonadores y su expresión vocal.
La interpretación va un paso más allá y toma profunda relevancia, así como los colores y las a menudo difíciles piezas que ponen a prueba las voces de los cantantes.